Aquí,eres más que Bienvenido!
El mundo está lleno de esperanzas falsas que prometen satisfacción y plenitud, pero al final dejan un vacío aún mayor en el corazón. Vivimos en una sociedad que constantemente ofrece soluciones temporales y superficiales para nuestras necesidades más profundas: el dinero, el poder, la fama, el placer, las posesiones, incluso relaciones que no tienen una base sólida.
Dios es el único que puede entrar en lo más profundo de nuestro ser y traer verdadera sanidad. Muchas veces enfrentamos heridas emocionales, espirituales y hasta físicas que ningún consejo humano, terapia o solución terrenal puede aliviar completamente. Estas heridas pueden venir del rechazo, el fracaso, la traición, el pecado o las circunstancias difíciles de la vida. Pero cuando acudimos a Dios, encontramos al Médico divino que no solo alivia el dolor, sino que nos restaura completamente.
Jesús, como el mayor ejemplo de amor, nos invita a ir a Él con todas nuestras cargas y dolores:
"Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar" (Mateo 11:28).
Dios no solo sana las heridas del pasado; también nos da un nuevo propósito.
Él nos transforma desde adentro, dándonos una identidad renovada como hijos suyos.
Es en Su presencia que entendemos que nuestro valor no depende de lo que hemos hecho o lo que otros nos han hecho, sino del amor incondicional de Dios.
Gracias por confiar en este ministerio, y gracias por permitirnos ser un canal de la bendición que Dios quiere derramar sobre tu vida. Estamos aquí para caminar contigo, para apoyarte, y para recordarte que con Dios, todo es posible.
Así que, una vez más, ¡bienvenido! Este es un lugar donde las vidas cambian, donde los corazones se restauran, y donde el amor de Dios lo cubre todo. ¡Adelante, juntos en esta misión, sabiendo que el mejor está por venir!
Por lo tanto, si estás buscando un lugar donde puedas ser tú mismo, donde puedas ser amado y donde puedas crecer espiritualmente, aquí eres más que bienvenido. No importa de dónde vengas, lo que hayas hecho, o lo que estés enfrentando, hay un espacio para ti aquí, en el corazón de Dios y en esta iglesia.
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"De qué le sirve al hombre ganar el mundo si pierde su alma"
En el mundo tendréis aflicción, pero confiad, yo he vencido al mundo” (Juan 16:33). Esto significa que, aunque enfrentemos problemas, Jesús ya ha vencido todas las dificultades. Él entiende nuestras luchas porque Él mismo las experimentó durante su vida terrenal. Nos invita a acercarnos a Él con nuestras cargas: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar” (Mateo 11:28).
Buscar a Jesús en medio de las pruebas es buscar consuelo, paz y fortaleza. Es un recordatorio de que no importa cuán grande sea la tormenta, Él tiene el poder para calmarla. Y, a veces, más que calmar la tormenta externa, Él calma la tormenta dentro de nosotros.
Cuando las pruebas te golpeen, ora, lee Su Palabra, confía en Sus promesas y no te alejes de la comunidad de fe. Recuerda que los desafíos pueden fortalecer nuestra fe y llevarnos a una relación más profunda con Dios. Como dice Santiago 1:2-4: “Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia”.
Jesús es tu refugio, tu esperanza y tu fuerza. Él nunca te dejará ni te desamparará, incluso en los momentos más oscuros.
Vivir en armonia es vivir en el amor de nuestro Dios, es una verdad profunda que revela la incomparable naturaleza del amor divino en nuestras vidas. A lo largo de las Escrituras, vemos cómo el amor de Dios trasciende cualquier amor humano, siendo perfecto, incondicional y eterno. Este amor es la base de nuestra fe y la fuente de toda esperanza y redención.
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Pastor Juan Carlos Cisneros
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